¡Cómo le cuesta ganar a San Martín en la Superliga! Pasan los partidos, los escenarios siempre son diferentes (en algunos tiene la ventaja y no puede sostenerla, en otros debe correr desde atrás), pero las caras largas del final no se modifican.
Pasaron seis jornadas del torneo y el “Santo” sigue “zapatero”, no puede sacarse la mufa y el murmullo de desesperación crece día a día. De hecho, esa ansiedad que baja desde las tribunas y recorre cada centímetro del campo, invade el alma de cada futbolista que comienza a apagarse a la primera contra. Así siempre, una especie de círculo vicioso que parece no tener fin.
En el debut de Gastón Coyette se vieron algunas pinceladas de lo que inculcó el nuevo entrenador en los pocos días de trabajo que tuvo. San Martín saltó al campo bien intenso, intentó llevárselo por delante a Banfield en base a explosión de tres cuartos de cancha en adelante.
Son tiempos de apoyo para San MartínPor momentos, ese sistema resultó efectivo; sobre todo cuando Gonzalo Rodríguez entró en escena. “Turbo” fue el mejor exponente en ataque, pero tampoco le sirvió al “Santo” para apuntalar el primer triunfo.
Porque ni siquiera esa “bomba” de Nicolás Giménez, que encontró un pie “amigo” en el camino, para clavarse en el arco visitante, lo ayudó para tranquilizar las aguas; para poner la pelota bajo la suela y no entrar en ese torbellino feroz que significa querer que los minutos corran a la velocidad de la luz.
Con el 1-0 San Martín no se serenó. Sobre todo en el complemento. Se sacó de encima rápido la pelota, la rifó, se la entregó a un equipo limitado, pero que tiene el aplomo y el oficio que le brindan sus años en la máxima categoría. Así, el “Taladro” se aceró cada vez más a Ignacio Arce, hasta que Adrián Calello encontró el empate cuando el partido se moría.
Pero, ¿qué fue lo que hizo mal San Martín? No saber cómo hacer para tener la cabeza fría cuando la el juego entraba en la etapa más caliente. Porque el peso de no poder ganar se siente y mucho. Es como tener que cargar una tonelada sobre los hombros. Inconscientemente los jugadores erran pases fáciles o no resuelven como debieran porque el terror de que se les escape la victoria aparece una y otra vez, como fantasma en una casa embrujada.
El empate de San Martín: el vaso medio llenoCoyette deberá trabajar mucho en ese aspecto. Más allá del resultado, que tira por la borda cualquier indicio de mejoría, anoche el “Santo” puede tildar algunos puntos positivos.
Hernán Petryk sacó un buen puntaje en su debut; Lucas Acevedo sigue siendo el “Patrón” del fondo; Matías García aprobó con creces jugando de lateral, Adrián Arregui fue un pilar en el medio; Gonzalo Rodríguez recuperó su mejor juego y Claudio Bieler estuvo más activo y participativo. Pero el 1-1 final pesa más que todo eso.
Porque San Martín sigue sin ganar, no logra salir de la zona baja de promedios y el futuro atormenta a más de uno en Bolívar y Pellegrini.
Por eso debe trabajar en lo mental, fortalecerse, jugar sin pensar en lo malo que puede llegar a pasar. ¿No es momento de buscar ayuda en un psicólogo deportivo?